27 Oct Kintsugi, el arte de reparar(se)
Cuando la historia en forma de grietas se convierte en oro.
En plena era en la que todo lo que se rompe, acaba en la basura sin que arreglarlo (si es posible) pase por nuestra cabeza, hay una técnica en auge que no solo se basa en arreglar y unir pedazos si no que, además, da forma a una pieza única y especial. De acuerdo, no estamos diciendo que la próxima vez que se te rompa la pantalla del móvil emplees esta técnica, pero sí que vale la pena conocer un poco más su filosofía y acabar aplicándola a la vida.
Esta técnica de origen japonés se llama Kintsugi y nació hace en el siglo XV cuando el shōgun, Ashikaga Yoshimasa envió a China un chawan roto (cuenco típico donde se sirve el té matcha y otros tipos de té) con la esperanza de que arreglasen la pieza. El cuenco volvió con unas grapas que unían las piezas, lo cual, lejos de satisfacer al shōgun (un comandante que apenas asumía responsabilidades en política pero que sí ha jugado un papel importante en la configuración de la cultura japonesa), hizo que mandara buscar otra solución más estética a los artesanos de la época.
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