Hoy entramos en la peculiar casa de la emprendedora Jaime Schmidt, su marido Chris Cantino y su hijo, en Portland, Estados Unidos. Schmidt empezó a hacer champú con productos naturales y llegó a crear un desodorante sin tóxicos que fue adquiriendo popularidad en mercados y tiendas locales hasta convertirse en uno de los más vendidos en las grandes superficies.
Siete años más tarde, estaba en más de 14.000 tiendas en más de 30 países y pasaba a vender Schmidt’s naturals a Unilever, una de las principales compañías de gran consumo a nivel mundial. Ahora, con una agenda menos ajetreada, la pareja quiere seguir ayudando a la siguiente generación de emprendedores a través de su agencia y de la publicación de un nuevo libro escrito por Jaime.
¿Y cómo es la casa de un matrimonio tan emprendedor? Pues de todo menos aburrida. Después de haber buscado una casa que poder transformar en un proyecto en común donde expresar sus personalidades a través del diseño, el color y las texturas, encontraron esta vivienda familiar perfecta para ser diseñada junto con Andee Hess, diseñador del estudio Osmose.
Sorry, the comment form is closed at this time.